Quinto superclásico del año y quinto empate entre ambos. Defensores de Miramar y Atlético Miramar igualaron 1 a 1 y llevan la definición de la Liga Oficial al próximo domingo en el estadio Fernando Torres desde las 16:30 hs.
Ninguno arriesga de más. En lo ofensivo está la gran carencia de ambos y en lo defensivo el fuerte. Esta vez comenzó ganando Defensores por intermedio de Mauro Pezzente, pero rápidamente Atlético lo igualó.
Ambos tuvieron sus chances, tampoco fueron muchas, pero entre los arqueros y la mala puntería desecharon aumentar el marcador.
El viento fue gran protagonista. Para el juego del local no sirvió y en el primer tiempo le costó hacer pie y, en cambio, la visita en el complemento aprovechó las ráfagas para inquietar la valla de Salinas.
Las ausencias se hicieron sentir. El último campeón sin Cuadrado en el medio, es otro equipo y si a esta falta le sumamos la de Armenteros, Panadero y Garcia, es aún más cuesta arriba. Pero del otro lado ni Gabarain y Barrios pudieron estar por suspensión y esto llevó a que sin estos protagonistas, el mediocampo sea solo una zona de paso y no de creación.
Lopez en los dirigidos por Gonzalez y Costa en los súbditos de Goñi, padecieron la ausencia de un equilibrio en la zona media y además, del poco cuidado de la terna arbitral. La pierna fuerte estuvo a la orden del partido y estos dos habilidosos eje central de los golpes. Cuestión a tomar en cuenta por Ulises Paniagua, próximo árbitro del cotejo final.
La nota de final la dio cuando no, Luciano Gil. No fue por los goles, ni juego, sino por una nueva expulsión mal intencionada. Como en la final del año pasado cuando golpeo a un árbitro, ahora lo hizo ante un rival. Golpe de puño sobre el rostro de Juan Rodriguez y expulsión. Actuar desleal de un jugador que con estas acciones, recurrentes en los últimos tiempos, tendrá que ser gravemente sancionado por el tribunal de penas. Esta acción no solo genero violencia dentro de la cancha, sino también afuera. Algo que un jugador de su experiencia debe tener en cuenta.
