Ayer, hoy y siempre: “Mas que socios de un club”

Padre Hugo Segovia
Por Padre Hugo Segovia.

¡Cómo nos molestaba y como nos dolía también cuando se llevaba a cabo las procesiones en nuestro pueblo!. Marchábamos por las calles de la ciudad cantando y rezando, sobre todo en Corpus Christi y en la Inmaculada Concepción. ¿Por qué? Porque muchos participaban de las procesiones como espectadores y nos dolía que no se incorporaran a la gente que cantaba y rezaba. Sabíamos y el tiempo nos mostró esto con claridad que faltaba la que llamamos “participación activa” de los fieles en la vida de la Iglesia.

Precisamente se trabajó mucho por la participación de los fieles en la liturgia y nuestro país fue pionero en los años previos al Concilio que mucho contribuyó a que los fieles participaran más activamente en la vida de la Iglesia.

El Concilio Vaticano II fue un despertador en muchos sentidos y en esta misma columna hemos destacado tanto el hecho providencial de que la liturgia fuera el primer documento surgido del mismo en ser aprobado.

Pero también el papel preponderante que tuvo el primer obispo de Mar del Plata (1957-71) monseñor Enrique Rau una de las figuras señeras de la reforma litúrgica.

Nos encontramos en plena búsqueda de esa sinodalidad de la Iglesia que ha asumido el Papa Francisco con firmeza y que tiene en su haber ya el Sínodo de 2023 como el que se llevará a cabo este año.

UN CAMINO DE CONVERSION

Encuentro una afirmación muy interesante en las declaraciones de un laico de nuestro tiempo que ha tenido la virtud de remontarme a aquellos tiempos lejanos en su parroquia natal.

Se trata de Thibaut Deleval, nacido en Bruselas en 1976, experto en derecho y educación, autor de un libro, “Tú rincón de pensar” que está teniendo mucha salida en Europa de acuerdo con lo que nos dice la revista española: “Vida nueva” de la cual recogemos los párrafos que más nos han interesado.

Dice así este autor: “lo más prudente es asumir mi responsabilidad en primera persona. Creo que, de repente, sonó el despertador de socio de un club para asumir salir de mi letargo y gracias a Dios, tengo la suerte de haber sido empujado por el Espíritu hacia un camino de conversión. Pensaba que la conversión era para los otros, los que no tenían tarjeta de socio. Hoy que sé que ni hay tal y soy consciente que solo hay caminos, que estos aparecen debajo de los que se ponen a andar”.

Por cierto revelador este mensaje que el autor relaciona con el Papa Francisco de quien afirma que rompe con el pensamiento encorsetado por la ideología y la espiritualidad enlatada y nos invita a exponernos a diario al Evangelio y al soplo del Espíritu. Nos anima a asumir el riesgo de la conversión”.

NUESTRA MAYORIA DE EDAD

Sigue el autor: “es muy tentador podar el Evangelio y el magisterio de la Iglesia para que encaje en nuestro esquema y no nos resulte demasiado incómodo pero Jesús lo dice claramente: somos nosotros los que nos debemos dejar podar por el Señor. El Evangelio no tiene nada que le sobre. A nosotros, en cambio, nos toca hacernos más pequeños y es curioso cómo se deja observar, a menudo a católicos que se declaran de un papa o de otro como si fuera posible elegir. Nos toca asumir a todos el Evangelio y el magisterio y dejarnos guiar por cada papa. Hoy que asumir el peligro de leer en el Evangelio o en cualquier texto del magisterio buscando la frase que nos haga sentir como una palmada en la espalda dejando cuidadosamente de lado, lo que suena a tirón de orejas. Como dice Francisco: “una fe que no nos pone en crisis no es una fe cristiana, una fe que nos hace crecer”…”el clericalismo es muy cómodo, sobre todo, cuando puede alegrar a aquello que es música para nuestro oído”.

Y el tema de la sinodalidad: “es pensar juntos pero con la añadidura de mucho peso: se incluye al Espíritu Santo en el diálogo”-

Debemos asumir nuestra mayoría de edad y dejar de refugiarnos en una pseudo obediencia porque la obediencia, en verdad, es la obediencia a Dios y la que el discernimiento y la sinodalidad”.