Ayer, hoy y siempre: “Jesús es el que queda”

Padre Hugo Segovia

Semanas atrás nos referíamos al momento de puesta en camino de la nueva diócesis de Rawson. Nos había conmovido el obispo de esa porción de la Iglesia: un texto realmente de antología.

Pero nos alegra ahora, así como nos emociona, conocer los detalles de la despedida que la diócesis de Añatuya a través de su obispo y de la comunidad de Campo Gallo, efectuará del párroco en vísperas de su ordenación episcopal como nuevo obispo de la diócesis de Chascomús.

Tanto las palabras de despedida de monseñor José L. Corral como las del nuevo obispo, monseñor Juan J Liébana, son de una belleza y una emotividad que da pena no sea conocida  más ampliamente.

Aun consciente de la escasa difusión que puede tener esta columna nos resulta sumamente justo referidos a esos textos esta semana.

Partiendo del lema que la comunidad santiagueña había elegido para despedir a su párroco encontramos un profundo sentido que conmueve: “jamás se va lo que se queda en el corazón”.

Monseñor Corral partió, en su homilía del 25 de febrero, de la figura de Abraham para decir: “ahora también el Padre nos está pidiendo, como comunidad y como diócesis, dar un hijo para una nueva Iglesia que también lo espera”… “la vida es un subir, un ascender, un trascender. El sacerdote pasa, se va pero Jesús queda en la comunidad y así vamos descubriendo cuál es nuestro lugar… el Señor le pide ser el pastor de una comunidad más grande pero no nos deja sin que nos lleva, no se va también se queda en nosotros, queda con todo lo que ha entregado aquí. Ahora como dice el poeta tucumano (Garcia Hamilton) “la cuesta de la vida”.

POR CULPA DE MARIA

En sus palabras el nuevo obispo no solamente tuvo palabras de agradecimiento y despedida sino también mensajes que vale la pena valorar.

“Veo muchos rostros de gente muy querida y me llena de alegría…no tengo idea de que significa se obispo o cómo es pero como Dios me lo pide y yo le dije que sí por culpa de María, ella me enseñó a decir “hágase”. Si Dios me lo pide será por algo y acá estoy para hacer la voluntad de Dios… gracias por todo lo que han sembrado en mi corazón, aquí aprendí a ser sacerdote, me enseñaron a ser pacientes, a caminar al ritmo de la realidad, a ser más misericordioso, no tan exigente con la vida, me enseñaron a amar.

Por lo tanto, me voy como mejor persona porque amé, me entregué, me voy con el corazón lleno y si puedo afrontar este desafío es porque están todos ustedes detrás. Ustedes son muy generosos, sentí que me acompañaron, me voy con el corazón pleno”.

Desde el santuario de Huachana me voy tranquilo porque sé que todo va a continuar con el Padre Rafa porque Dios nos ha regalado su presencia… Jesús quiso que la Iglesia fuera una comunidad, no quiso hacer las cosas solo sino con los otros.

NO VIVIR A MEDIAS

Sigue diciendo; “la palabra partir nos recuerda a Huachana que significa “lugar de nacimiento”, un parto es una partida de un lugar seguro pero después del alumbramiento a una nueva vida que estamos seguros de que va a hacer brotar Dios en esta ofrenda que estamos haciendo”.

“Para dar el sí ante la propuesta del Papa miré mucho a la Virgen, aprendí de ella que fue generosa sin preguntar mucho, sin saber, adónde vivía, simplemente porque Dios se lo pedía dijo que sí.

Que este sí siga resonando en nuestros corazones, que antes las cosas difíciles abracemos la voluntad de Dios y sea un impulso para ser fieles en lo que nos toca cada día, en esa misión,  en esa vocación que Dios nos ha dado, que podamos vivirla plenamente no a medias sino entregándonos”.

Si voy a ser obispo es porque toda la riqueza de ustedes me la han transmitido a mí y yo la pude absorber y la Iglesia ha visto esos valores y por eso me encomienda esta nueva misión, algo de ustedes está en este ministerio episcopal”.

Texto éste, realmente revelador así como lo que dice al final: “me voy con mucho entusiasmo, con mucha alegría para encarar la nueva misión, simplemente gracias a todos y perdón por las cosas que no pude hacer bien o que podía haber hecho mejor, por las cosas que no pude hacer, las personas que no supe atender”.

Palabras que expresan todo un estilo, ese que tanta necesidad tiene nuestro pueblo de ver en la vida de la Iglesia.