PADRE HUGO SEGOVIA
El camino ecuménico
Uno de los cardenales investidos de esa dignidad por el Papa Francisco en el Consistorio de 2022 es monseñor Juan Marc Aveline, arzobispo de Marsella.
Decía en esa ocasión: “¿Quiénes? ¿Los protestantes, los musulmanes, los judíos?. Podría ser pero lo seguro es que nosotros, los católicos, sí, tenemos que convertirnos a la estabilidad de la Iglesia”.
Es una interesante manera de expresar lo que llamamos indiferencia o ignorancia de la vida de la Iglesia.
Lo vemos cuando, por ejemplo, hacemos un expediente en las secretarías parroquiales y le preguntamos a los interesados por su religión. Recuerdo la respuesta que, muchas veces, recibía: “y, católico” como si fuera obvio aunque también me llamó la atención en una parroquia de Valencia (y de esto hace muchos años) la mirada de asombro del que respondía: “pues, hombre, católico”.
Tanto una como otra respuesta puede ser que ahora hayan cambiado. Pero también es cierto que la ignorancia sobre esa catolicidad de la que hablaba el cardenal Aveline, siguen siendo realidades y también había que experimentar lo que sucedería, ahora al hacer esa pregunta.
Viene esto a una noticia que tampoco ha sido muy difundida en los últimos días.
Uno de los documentos aprobados por el Concilio Vaticano II fue, precisamente, el que hablaba del ecumenismo, “Unitatis redintegratio”, fruto de muchas décadas de encuentros y desencuentros y uno de los frutos de la intuición de Juan XXIII y Pablo VI con el protagonismo del cardenal jesuita Augustin Bea.
No cerrar la puerta
Han pasado 60 años y el camino del ecumenismo sigue costando a los cristianos por un lado y, por el otro, sigue siendo tarea de la Iglesia aunque son tantas las tareas que muchas veces, opacan su vigencia.
Solo para compartir, aunque en pequeña medida, ese camino haremos nuestra una oración que ha publicado la comisión episcopal de Argentina que preside el obispo de Rafaela, monseñor Pedro Torres: “tienes que encender una luz aunque sea pequeña, si ella se apaga este mundo será una tiniebla, tienes que arriesgarte a creer y no cerrar más tu puerta; no dejes que la noche invada tu vida; hay mucha belleza en vos para que estés escondida, no niegues a los otros tus ojos, tu amor, tu voz, tu alegría; no te quites la libertad ni borres tu sonrisa, tienes que atreverte a vivir de una fe de una forma distinta; llenarte los ojos de amor y sembrar cada día, y verás cómo cambia el mundo, cuando sin temor abras al fin tu luz por pequeña que sea y cuando la oscuridad te lastime muy adentro, deja brillar tu candil que puede ser eterno; solo podrás ser feliz si te animas a amar sin medida y sin tiempo; manteniendo la llama encendida a pesar de los vientos, si quieres te ayuda a cuidar tu pequeña chispa hasta que sea llamada que dé fuerza y vida: hasta que tu corazón sea un signo de amor para el que camina, y seamos muchos los que tengamos la luz encendida”.
Orar y trabajar unidos
Hablaba de una noticia relacionada con el ecumenismo y se trata del encuentro entre el Papa Francisco y el patriarca copto ortodoxo de Alejandría Tawadros (TAWADROS) que han celebrado juntos el cincuentenario del primer encuentro entre el Papa Pablo VI y el patriarca Shenuda el 10 de mayo de 1973.
Ocasión por cierto muy auspiciosa para reafirmar la vocación a la unidad que Jesús puso como condición para que el mundo crea y que se va consolidando lentamente a lo largo de los tiempos.
En esta oportunidad se vio la profunda sintonía de ambos que quieren hacer pública porque el tema ecuménico, si bien a veces poco promocionado, es una profunda exigencia de los cristianos.
El Papa Francisco y el patriarca copto de Alejandría reafirmaron el compromiso de trabajar y orar unidos por la unidad. No faltó la mención a los 21 mártires de la fe recientemente asesinados y el compromiso para que el 10 de mayo sea fecha oportuna para llegar a la unidad.
También para que “por caminos diferentes el Señor fortalezca en los corazones lo que nos une, construya puentes a través de lo que nos divide. Solo así seremos uno en el testimonio de la paz”.