Preocupación mundial por la Franciscana: un delfín que habita en la costa argentina

Por Nicola Rodriguez Mastrangelo

Más de 40 especialistas de todo el mundo se reunieron en Argentina con el objetivo de trabajar en pos de la urgente conservación del delfín franciscana, un mamífero marino que habita exclusivamente en las costas de Argentina, Brasil y Uruguay, y al que se lo considera el cetáceo más amenazado de América del Sur.

Aunque en una primera instancia, las cifras de las actuales poblaciones no es lo que más preocupa (se estima que en la región la población ronda los 25.000 o 30.000 individuos) sí sus proyecciones de sostenibilidad. Entre Argentina, Brasil y Uruguay se calcula que mueren anualmente 3000 delfines de esta especie.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), califica el estado de conservación de las franciscanas como “vulnerable” y estudios recientes estiman que no ha disminuido la mortalidad a escala regional y que algunas de sus poblaciones podrían desaparecer en la próxima década.

Para Barbara Taylor, consultora de la UICN para la evaluación de status de la Lista Roja, “el mundo de la conservación está preocupado por la Franciscana” y agregó que “en todo el planeta estamos teniendo problemas con pequeños cetáceos muriendo en las redes de pesca. Es un problema muy difícil de resolver en cualquier lugar, y también un problema difícil aquí con la Franciscana.” Por último, manifestó: “No tenemos derecho a dirigir a las especies a la extinción, esto es un imperativo moral”.

Por su parte, Phil Miller, del Conservation Planning Specialist Group de la UICN manifestó que “debemos ser muy cuidadosos sobre cómo manejamos estas poblaciones, y ser muy proactivos para determinar las mejores prácticas para el futuro de la conservación de la especie”, y agregó: “Tenemos que ser más proactivos y reactivos para no encontrarnos en una situación en que queden 30 animales y no sepamos lo suficiente como para intervenir con éxito”.

Una de las razones por las cuales este mamífero marino se encuentra particularmente expuesto a la amenaza del hombre se debe a que es un cetáceo que habita sólo en aguas de zonas costeras que no superan los 30 o 35 metros de profundidad. Esto lo expone tanto a la amenaza de la pesca incidental, como a la contaminación química y acústica.

Por otra parte, un estudio liderado por el biólogo argentino Pablo Denuncio, del grupo de Investigación sobre Biología, Ecología y Conservación de mamíferos marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, mostró que el 30% de los animales de esta especie analizados en la región bonaerense había ingerido accidentalmente basura marina.