La aventura de caminar

Padre Hugo Segovia
Por Padre Hugo Segovia.

PADRE HUGO SEGOVIA

“Por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión” es el título del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo en octubre de 2023 pero que tiene un desarrollo progresivo de manera que toda la Iglesia está, desde ya, involucrada en su realización.

Comenzó el 10 de octubre con una celebración en San Pedro y el 17 cada Iglesia del mundo entero lo comenzó para que en el lapso de seis meses todos los miembros, “una especie de obra o experiencia piloto”, se vaya desarrollando para apoyar los esfuerzos de cada Iglesia local con las características de cada cultura y los contextos respectivos.

De esta manera todo el Pueblo de Dios está convocado a hablar y escuchar desde los movimientos, asociaciones y grupos parroquiales para conocer los desafíos de los tiempos e intentar respuestas desde el Evangelio.

La segunda etapa de este proceso estará a cargo de las Conferencias episcopales que deberán encargarse de recopilar todos los aportes de la parte diocesana para elaborar la síntesis en un encuentro pre-sinodal del cual saldrá el primer Instrumento Laboris.

Vendrá después la fase continental que dará lugar a que, en siete encuentros continentales producirán siete documentos finales del cual saldrá el segundo Instrumentum Laboris. Este guiará a los Padres Sinodales en la Asamblea de octubre de 2023.

Por último se celebrará la Asamblea del Sínodo.

EL ARTE DEL ENCUENTRO

Podemos ver lo cuidadoso que es este proceso recordando que casi sesenta años atrás la preparación del Concilio Vaticano II llevó tres años y medio pero reducido desde el punto de vista geográfico.

Precisamente el 10 de octubre el Papa Francisco, en los mismos días, en que en 1962 Juan XXIII abría el Concilio, celebró una misa y con una magnífica homilía dio el puntapié inicial a este proceso, único en la historia de la Iglesia.

Con el énfasis que le es propio y con su inconfundible estilo definió todo este trabajo y lo distinguió de una convención o de un congreso político centrándose en los tres verbos: encontrar, explicar y discernir que será tarea de toda la Iglesia y no solo el trabajo de los pastores o de los especialistas. Trabajo creativo por lo cual deseó no “respuestas artificiales y superficiales” y, con una expresión típicamente Bergogliana, “blindaje de certezas”.

Convocó a los cristianos a no pensar en eventos ni en reflexiones teóricas de los problemas y a ser “expertos en el arte del encuentro” y no caer en relaciones puramente formales, sin máscaras de circunstancias ni el estilo clerical y de corte”.

Sin duda que el Papa Francisco ha establecido un discurso muy personal en el cual aparecen expresiones, algunas repetidas y otras nuevas, de una fuerza y una plasticidad enormes.

NI FORMALISMOS, MAQUILLAJES, FALSEDADES

“El encuentro nos cambia, nos sugiere nuevos caminos que no pensábamos recorrer haciéndonos salir de nuestras rutinas desgastadas. Todo cambia cuando somos capaces de encuentros auténticos con el Señor y entre nosotros”.

“Preguntémonos con sinceridad en este camino sinodal ¿Cómo estamos en la escucha?; ¿Cómo anda el oído del corazón?; ¿permitimos a las personas que se expresen, que caminen en la fe aun cuando tengan recorridos de vida difíciles que contribuyen a la vida de la comunidad sin que se les pongan trabas, sin que sean rechazadas o jugadas”? dice el Papa en otro párrafo de una homilía que deberá leer cada creyente y sobre todo será cuaderno de rutina para los que tardan en entender los caminos que propone y que son los adecuados para no encerrarnos en nuestras certezas que aniquilan a los que afrontan situaciones no previstas en los códigos de cortesía.

Siguiendo el texto del Evangelio que la liturgia prescribía para ese domingo el Papa, por último, definiendo la índole de un sínodo que no es “una conferencia de estudios, un parlamento legislativo sino un acontecimiento de gracia guiado por el Espíritu Santo que nos llama a vaciarnos de nosotros, y nuestros corazones y de modelos pastorales reiterativos, interrogarnos sobre lo que Dios quiere decirnos hoy y cuál es la dirección que debemos tener en cuenta”.

Magnífico y apasionante esta aventura de caminar juntos.